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jueves, 9 de febrero de 2012

Harry Potter 7 "Todo se acaba" (parte 1)


Tal y como dije el lunes, os dejo un nuevo capítulo en compensación con lo corto que fue el anterior. Los hechos no suceden a continuación, porque como ya dije son capíulos sueltos que escribí, por eso no tiene número de capítulo. Como podéis ver en el título, es la primera parte del capítulo, ya que debido a un pequeño problema no lo he podido subir completo. La segunda parte, si todo va bien estará disponible el lunes 13 de febrero.
¡Espero que lo disfrutéis!

Todo se acaba (parte 1)

Harry estaba agachado en un rincón junto al Horrocrux, que estaba inconsciente en ese momento, cuando oyó un ruido a su espalda.

Se giró lentamente y distinguió una figura alta con una túnica negra y una capucha que le tapaba la cabeza. En la mano llevaba una varita con la que apuntaba directamente a Harry, que se había quedado inmóvil porque tenía una ligera idea de quien era el extraño visitante. Acto seguido se oyó una voz aguda y fría:

— ¡Deja eso en el suelo y levántate despacio Potter!

Harry se había quedado petrificado y no veía ninguna escapatoria. Lentamente, se fue levantando hasta quedar a la altura de su contrincante. Éste último, se quitó la capucha y dejó al descubierto un rostro con rasgos de serpiente, blanco y demacrado y unos ojos rojos con sendas rendijas por pupilas que miraban atentamente a Harry.

Lord Voldemort estaba allí, de pie frente a Harry, los dos a solas.

Harry no dijo nada, así que fue Voldemort el que habló primero con su habitual voz llena de odio y rencor.

— ¿Qué hacías ahí, Potter?

— ¿A ti que te importa? —respondió Harry.

—Eres igual de valiente que tu padre pero quiero que sepas que voy a matarte, ¡aquí y ahora! —dijo Voldemort en un susurro—, aunque primero me tienes que contar algunas cosas…

—Que te quede claro que si yo muero tú irás detrás de mí y no pienso contarte nada que te interese saber— contestó Harry sin contemplaciones.

— ¿Estás seguro? —preguntó Voldemort con sorna—. ¡Entonces no se hable más!

Voldemort levantó la varita pero Harry fue más rápido:

— ¡EXPELLIARMUS! —gritó Harry.

El hechizo pilló por sorpresa a Voldemort, y antes de que pudiera hacer nada, estaba volando por los aires. La varita se le había caído al recibir el impacto del hechizo, por lo que estaba indeciso así que Harry aprovechó la oportunidad de que su contrincante estaba desarmado para que no le molestara mientras destruía el Horrocrux.

— ¡Incárcero! —dijo Harry apuntando con la varita a Voldemort, de la que salieron unas gruesas cuerdas que se enroscaron en el cuerpo de Voldemort, dejándolo completamente inmovilizado, aunque fuera por poco tiempo.

Cuando  terminó de pronunciar el hechizo, el Horrocrux empezó  moverse y Harry se echó hacia atrás sin dejar de apuntarle con la varita.

Harry se dirigió al Horrocrux con la varita en alto.

— ¡Avada Kedavra! —dijo tras contemplarlo brevemente.

 Un rayo de luz verde salió de la punta de la varita y fue a estrellarse al cuerpo inconsciente de Nagini, la serpiente de Voldemort, que murió al instante.

Harry oyó un grito desgarrador a sus espaldas y se volvió bruscamente. Voldemort se retorcía atado y gritaba con furia ante la mirada inquisitiva de Harry. El chico pensó que lo había conseguido, había destruido el último Horrocrux de Voldemort. Harry se volvió para contemplar el cuerpo sin vida de la serpiente y no se había terminado de girar cuando notó un fuerte dolor en el costado y cayó al suelo. Se giró y distinguió a Voldemort con la varita en alto, apuntándole y supuso que el dolor había sido causa de la maldición cruciatus. Miró a Voldemort a la cara y vio que estaba fuera de si, con los ojos, rojos como de costumbre, que se le salían de las órbitas y una cara de maniático que daba miedo. Había conseguido deshacerse de las cuerdas que le sujetaban y ahora se encontraba de pie junto a Harry. Harry se incorporó rápidamente hasta quedar a la altura de Voldemort.

—Esa valentía tuya es la que te ha llevado a la perdición —dijo Voldemort con voz ronca.

—Me habrá llevado a la perdición pero todos saben lo patético que eres al haberte enfrentado a mi en tantas ocasiones y no haber podido conmigo— refunfuñó Harry.

—Ahora estamos en circunstancias especiales, Potter… Tú no tienes a nadie que te proteja por lo tanto, nadie nos va a molestar mientras termino contigo.

—Si en algo tienes razón… —empezó a decir Harry—, es en que las circunstancias son diferentes porque ahora eres mortal y te puedo matar si quiero.

            Voldemort hizo una mueca de burla y levantó la varita:

— ¡Crucio! —gritó Voldemort.

— ¡Protego! —gritó Harry haciendo aparecer un escudo invisible en el que rebotó la maldición.

Voldemort se agachó para que no le diera la maldición y Harry atacó rápidamente:

— ¡Rictusempra! —contestó Harry.

Voldemort recibió el impacto del hechizo y salió volando hacia atrás. Cuando llegó al suelo se incorporó lentamente.

—Sabes lo que haces —dijo Voldemort mirando a Harry—, no creí que sería tan difícil luchar contra ti, pero no resistirás mucho tiempo.

—Eso habrá que verlo, porque mientras peleamos los dos perdemos fuerzas por igual.

— ¡Avada Kedavra! —gritó Voldemort apuntando a Harry.

La maldición asesina pasó rozando la capa de Harry, que se prendió fuego. Harry la apagó rápidamente.

— ¡Crucio! —exclamó Voldemort.
La maldición de Voldemort impactó en Harry que empezó a retorcerse de dolor pero aún así resistió la caída y continuó de pie frente al enemigo.

— ¡SECTUMSEMPRA! —gritó Harry dirigiendo la punta de su varita hacia Voldemort.

El rayo de luz que salió de la varita le dio en mitad del pecho a Voldemort, del que empezó a salir sangre a chorros. Voldemort se dejó caer al suelo mientras la sangre brotaba de su cuerpo. Harry, dolorido aún por la maldición tortura, miraba triunfante a Voldemort, que se desangraba en el suelo.

—Este es tu final, Voldemort —dijo Harry en voz baja.

—Has conseguido vencerme, Harry —dijo Voldemort con voz ahogada—, pero no me hagas sufrir de esta forma— suplicó— si vas a matarme hazlo ya, pero haz que pare este dolor… por favor…

Harry miró fijamente a Voldemort y al charco de sangre que lo rodeaba, y se decidió a hacerlo.

Se agachó y con el mismo movimiento de varita que utilizó Snape con Malfoy el año anterior, cerró las heridas y la sangre dejó de salir.

— ¿Qué estás haciendo? —preguntó Voldemort—. Tienes la oportunidad de terminar conmigo, ¿por qué no lo haces?

—Yo no soy como tú —respondió Harry—, no mato a la gente cuando esta indefensa, al contrario que tu, que intentaste matarme cuando solo tenía 1 año. Ahora levántate que nos vamos.

— ¿Dónde? —preguntó Voldemort incrédulo.

—Al Ministerio de Magia porque me parece que tienes que contar muchas cosas.

Harry se giró y le dio la espalda a Voldemort, que levantó la varita apuntando a Harry.

—Avada… —empezó Voldemort.

Harry se giró rápidamente

— ¡Expelliarmus! —dijo Harry y desarmó a Voldemort— No sé porque me imaginaba que ibas a hacer algo así. Te lo has buscado tu solito. ¡Adiós!

— ¡AVADA KEDAVRA! —gritó Harry apuntando a Voldemort con la varita.

Un rayo de luz verde salió de la punta de la varita y se estrelló en mitad del pecho de Voldemort, que abrió los ojos con sorpresa y cuando cayó al suelo ya estaba muerto.

Harry se quedó mirando el cuerpo de Voldemort que yacía en el suelo en una posición que parecía que se hubiera desmayado. En ese momento notó algo caliente en su interior que le reconfortaba y triunfante de alegría se dio cuenta de que había destruido al mago al que todos tanto habían temido durante tanto tiempo, y por supuesto había cumplido su venganza por todo el daño que el asesino había causado. Con un movimiento de varita hizo aparecer una camilla en la que puso a Voldemort.
—Camilla locomotor —dijo Harry apuntando a la camilla.

La camilla fue avanzando mientras Harry la dirigía con la varita. Harry se pasó y recogió la varita de Voldemort que estaba tirada en el suelo y se la guardó en el bolsillo. Siguió avanzando con la camilla flotando delante de él. Iba sumido en sus pensamientos y no dejaba de pensar que hacía un momento que había destruido a Lord Voldemort. Volvió a la realidad al escuchar un grito que venía de fuera de la casa. Paró la camilla, que se quedó en el suelo. Acto seguido bajó las escaleras tan rápido como se lo permitían sus piernas y salió al jardín que estaba totalmente desierto. Se oían gritos y parecía que venían de los alrededores del edificio. Bordeó la casa y llegó al jardín trasero que parecía una selva. Estaba lleno de arbustos y matojos de hierba de hasta un metro de altura. Había una zona en la que estaban aplastados como si hubiera pasado alguien por allí. Harry se acercó y siguió el sendero hasta llegar al borde donde empezaba una pendiente hacia abajo que terminaba en una gran extensión de terreno, en la que se distinguían varias figuras esquivando y lanzando hechizos y maldiciones, pero había dos que estaban más cerca.

Harry bajó la cuesta y distinguió a Ron que atacaba a Fenrir Greyback.

— ¡Petrificus totalus!

Las piernas y los brazos del mortífago se unieron al cuerpo y éste cayó hacia atrás con un gemido ahogado.

— ¡Bien hecho Ron! —exclamó Harry.

—Gracias Harry —dijo Ron—, pero no ha sido para tanto.

—Incárcero —dijo Harry apuntando al cuerpo inmóvil del mortífago. Unas gruesas cuerdas salieron de la varita y se enroscaron a su cuerpo como había hecho con Voldemort un rato antes.

—Los demás están por allí —informó Ron—, yo me quedé retrasado y el tío éste me atacó —dijo señalando a Fenrir.

— ¡Vamos!— se apresuró a decir Harry.

Los dos se dirigieron hacía donde estaban sus compañeros enzarzados en una larga pelea.

— ¿Cuánto hace que os descubrieron? —preguntó Harry mientras caminaban.

—Al poco de entrar tú en la casa —respondió su amigo un poco jadeante—. Escuchamos unos ruidos y enseguida aparecieron delante de nosotros. Salimos corriendo para alejarlos de la casa pero yo me quedé atrás y el licántropo me alcanzó. Los otros pararon allí donde están ahora para plantarles cara.

Harry no respondió pero se quedó pensativo. Ron intervino:

— ¿Has conseguido algo ahí dentro? —preguntó.

—Sí. El último Horrocrux ya no existe. Maté a Nagini y después a Voldemort.

Ron se paró de repente y miraba a Harry con una expresión de sorpresa.

— ¿Voldemort… está muerto? —preguntó Ron asombrado.
—Sí —respondió Harry—. Luego te lo cuento todo pero ahora vamos a ayudar a los demás.

—Vale —murmuró Ron.

Llegaron donde estaban sus amigos batiéndose en duelo con los mortífagos.

Vieron a Hermione esquivando un rayo de luz roja que le lanzaba Bellatrix Lestrange y a Neville ejecutando un patronus contra un dementor que se le acercaba. Ginny se batía en duelo con Dolohov que había salido hacía atrás debido a un hechizo de desarme que le había lanzado ella misma.

—Tú ayuda a Hermione —ordenó Harry—, yo me ocupo de los demás.

—De acuerdo —respondió Ron, atónito.

Harry se dirigió hacia Ginny, pero cambió de opinión al ver a un amplio grupo de dementores que se le acercaban a Neville por detrás.

— ¡Neville, detrás de ti! —gritó Harry.

Neville se giró rápidamente pero tropezó y cayó al suelo. Los dementores estaban a un metro escaso de él.

— ¡Harry, ayúdame! —suplicó Neville con voz ahogada.

Demasiado tarde, los dementores se abalanzaron sobre un Neville aterrado que intentaba escapar en vano.

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