Tal y como dije el lunes, os dejo un nuevo capítulo en compensación con lo corto que fue el anterior. Los hechos no suceden a continuación, porque como ya dije son capíulos sueltos que escribí, por eso no tiene número de capítulo. Como podéis ver en el título, es la primera parte del capítulo, ya que debido a un pequeño problema no lo he podido subir completo. La segunda parte, si todo va bien estará disponible el lunes 13 de febrero.
¡Espero que lo disfrutéis!
Todo se acaba (parte 1)
Harry estaba
agachado en un rincón junto al Horrocrux, que estaba inconsciente en ese
momento, cuando oyó un ruido a su espalda.
Se giró
lentamente y distinguió una figura alta con una túnica negra y una capucha que
le tapaba la cabeza. En la mano llevaba una varita con la que apuntaba
directamente a Harry, que se había quedado inmóvil porque tenía una ligera idea
de quien era el extraño visitante. Acto seguido se oyó una voz aguda y fría:
— ¡Deja eso en
el suelo y levántate despacio Potter!
Harry se había
quedado petrificado y no veía ninguna escapatoria. Lentamente, se fue
levantando hasta quedar a la altura de su contrincante. Éste último, se quitó
la capucha y dejó al descubierto un rostro con rasgos de serpiente, blanco y
demacrado y unos ojos rojos con sendas rendijas por pupilas que miraban
atentamente a Harry.
Lord Voldemort
estaba allí, de pie frente a Harry, los dos a solas.
Harry no dijo
nada, así que fue Voldemort el que habló primero con su habitual voz llena de
odio y rencor.
— ¿Qué hacías
ahí, Potter?
— ¿A ti que te
importa? —respondió Harry.
—Eres igual de
valiente que tu padre pero quiero que sepas que voy a matarte, ¡aquí y ahora! —dijo
Voldemort en un susurro—, aunque primero me tienes que contar algunas cosas…
—Que te quede
claro que si yo muero tú irás detrás de mí y no pienso contarte nada que te
interese saber— contestó Harry sin contemplaciones.
— ¿Estás
seguro? —preguntó Voldemort con sorna—. ¡Entonces no se hable más!
Voldemort
levantó la varita pero Harry fue más rápido:
— ¡EXPELLIARMUS!
—gritó Harry.
El hechizo
pilló por sorpresa a Voldemort, y antes de que pudiera hacer nada, estaba
volando por los aires. La varita se le había caído al recibir el impacto del
hechizo, por lo que estaba indeciso así que Harry aprovechó la oportunidad de
que su contrincante estaba desarmado para que no le molestara mientras destruía
el Horrocrux.
— ¡Incárcero! —dijo
Harry apuntando con la varita a Voldemort, de la que salieron unas gruesas
cuerdas que se enroscaron en el cuerpo de Voldemort, dejándolo completamente
inmovilizado, aunque fuera por poco tiempo.
Cuando terminó de pronunciar el hechizo, el Horrocrux
empezó moverse y Harry se echó hacia atrás
sin dejar de apuntarle con la varita.
Harry se
dirigió al Horrocrux con la varita en alto.
— ¡Avada
Kedavra! —dijo tras contemplarlo brevemente.
Un rayo de luz verde salió de la punta de la
varita y fue a estrellarse al cuerpo inconsciente de Nagini, la serpiente de
Voldemort, que murió al instante.
Harry oyó un
grito desgarrador a sus espaldas y se volvió bruscamente. Voldemort se retorcía
atado y gritaba con furia ante la mirada inquisitiva de Harry. El chico pensó
que lo había conseguido, había destruido el último Horrocrux de Voldemort.
Harry se volvió para contemplar el cuerpo sin vida de la serpiente y no se
había terminado de girar cuando notó un fuerte dolor en el costado y cayó al
suelo. Se giró y distinguió a Voldemort con la varita en alto, apuntándole y
supuso que el dolor había sido causa de la maldición cruciatus. Miró a
Voldemort a la cara y vio que estaba fuera de si, con los ojos, rojos como de
costumbre, que se le salían de las órbitas y una cara de maniático que daba
miedo. Había conseguido deshacerse de las cuerdas que le sujetaban y ahora se
encontraba de pie junto a Harry. Harry se incorporó rápidamente hasta quedar a
la altura de Voldemort.
—Esa valentía
tuya es la que te ha llevado a la perdición —dijo Voldemort con voz ronca.
—Me habrá
llevado a la perdición pero todos saben lo patético que eres al haberte
enfrentado a mi en tantas ocasiones y no haber podido conmigo— refunfuñó Harry.
—Ahora estamos
en circunstancias especiales, Potter… Tú no tienes a nadie que te proteja por
lo tanto, nadie nos va a molestar mientras termino contigo.
—Si en algo
tienes razón… —empezó a decir Harry—, es en que las circunstancias son
diferentes porque ahora eres mortal y te puedo matar si quiero.
Voldemort hizo una mueca de burla y
levantó la varita:
— ¡Crucio! —gritó
Voldemort.
— ¡Protego! —gritó
Harry haciendo aparecer un escudo invisible en el que rebotó la maldición.
Voldemort se
agachó para que no le diera la maldición y Harry atacó rápidamente:
— ¡Rictusempra!
—contestó Harry.
Voldemort
recibió el impacto del hechizo y salió volando hacia atrás. Cuando llegó al
suelo se incorporó lentamente.
—Sabes lo que
haces —dijo Voldemort mirando a Harry—, no creí que sería tan difícil luchar
contra ti, pero no resistirás mucho tiempo.
—Eso habrá que
verlo, porque mientras peleamos los dos perdemos fuerzas por igual.
— ¡Avada
Kedavra! —gritó Voldemort apuntando a Harry.
La maldición
asesina pasó rozando la capa de Harry, que se prendió fuego. Harry la apagó
rápidamente.
— ¡Crucio! —exclamó
Voldemort.
La maldición
de Voldemort impactó en Harry que empezó a retorcerse de dolor pero aún así
resistió la caída y continuó de pie frente al enemigo.
— ¡SECTUMSEMPRA!
—gritó Harry dirigiendo la punta de su varita hacia Voldemort.
El rayo de luz
que salió de la varita le dio en mitad del pecho a Voldemort, del que empezó a
salir sangre a chorros. Voldemort se dejó caer al suelo mientras la sangre
brotaba de su cuerpo. Harry, dolorido aún por la maldición tortura, miraba
triunfante a Voldemort, que se desangraba en el suelo.
—Este es tu
final, Voldemort —dijo Harry en voz baja.
—Has
conseguido vencerme, Harry —dijo Voldemort con voz ahogada—, pero no me hagas
sufrir de esta forma— suplicó— si vas a matarme hazlo ya, pero haz que pare
este dolor… por favor…
Harry miró
fijamente a Voldemort y al charco de sangre que lo rodeaba, y se decidió a
hacerlo.
Se agachó y
con el mismo movimiento de varita que utilizó Snape con Malfoy el año anterior,
cerró las heridas y la sangre dejó de salir.
— ¿Qué estás
haciendo? —preguntó Voldemort—. Tienes la oportunidad de terminar conmigo, ¿por
qué no lo haces?
—Yo no soy
como tú —respondió Harry—, no mato a la gente cuando esta indefensa, al
contrario que tu, que intentaste matarme cuando solo tenía 1 año. Ahora
levántate que nos vamos.
— ¿Dónde? —preguntó
Voldemort incrédulo.
—Al Ministerio
de Magia porque me parece que tienes que contar muchas cosas.
Harry se giró
y le dio la espalda a Voldemort, que levantó la varita apuntando a Harry.
—Avada… —empezó
Voldemort.
Harry se giró
rápidamente
— ¡Expelliarmus!
—dijo Harry y desarmó a Voldemort— No sé porque me imaginaba que ibas a hacer
algo así. Te lo has buscado tu solito. ¡Adiós!
— ¡AVADA
KEDAVRA! —gritó Harry apuntando a Voldemort con la varita.
Un rayo de luz
verde salió de la punta de la varita y se estrelló en mitad del pecho de
Voldemort, que abrió los ojos con sorpresa y cuando cayó al suelo ya estaba
muerto.
Harry se quedó
mirando el cuerpo de Voldemort que yacía en el suelo en una posición que
parecía que se hubiera desmayado. En ese momento notó algo caliente en su
interior que le reconfortaba y triunfante de alegría se dio cuenta de que había
destruido al mago al que todos tanto habían temido durante tanto tiempo, y por
supuesto había cumplido su venganza por todo el daño que el asesino había
causado. Con un movimiento de varita hizo aparecer una camilla en la que puso a
Voldemort.
—Camilla
locomotor —dijo Harry apuntando a la camilla.
La camilla fue
avanzando mientras Harry la dirigía con la varita. Harry se pasó y recogió la
varita de Voldemort que estaba tirada en el suelo y se la guardó en el
bolsillo. Siguió avanzando con la camilla flotando delante de él. Iba sumido en
sus pensamientos y no dejaba de pensar que hacía un momento que había destruido
a Lord Voldemort. Volvió a la realidad al escuchar un grito que venía de fuera
de la casa. Paró la camilla, que se quedó en el suelo. Acto seguido bajó las
escaleras tan rápido como se lo permitían sus piernas y salió al jardín que
estaba totalmente desierto. Se oían gritos y parecía que venían de los
alrededores del edificio. Bordeó la casa y llegó al jardín trasero que parecía
una selva. Estaba lleno de arbustos y matojos de hierba de hasta un metro de
altura. Había una zona en la que estaban aplastados como si hubiera pasado
alguien por allí. Harry se acercó y siguió el sendero hasta llegar al borde
donde empezaba una pendiente hacia abajo que terminaba en una gran extensión de
terreno, en la que se distinguían varias figuras esquivando y lanzando hechizos
y maldiciones, pero había dos que estaban más cerca.
Harry bajó la
cuesta y distinguió a Ron que atacaba a Fenrir Greyback.
— ¡Petrificus
totalus!
Las piernas y
los brazos del mortífago se unieron al cuerpo y éste cayó hacia atrás con un
gemido ahogado.
— ¡Bien hecho
Ron! —exclamó Harry.
—Gracias Harry
—dijo Ron—, pero no ha sido para tanto.
—Incárcero —dijo
Harry apuntando al cuerpo inmóvil del mortífago. Unas gruesas cuerdas salieron
de la varita y se enroscaron a su cuerpo como había hecho con Voldemort un rato
antes.
—Los demás
están por allí —informó Ron—, yo me quedé retrasado y el tío éste me atacó —dijo
señalando a Fenrir.
— ¡Vamos!— se
apresuró a decir Harry.
Los dos se dirigieron
hacía donde estaban sus compañeros enzarzados en una larga pelea.
— ¿Cuánto hace
que os descubrieron? —preguntó Harry mientras caminaban.
—Al poco de
entrar tú en la casa —respondió su amigo un poco jadeante—. Escuchamos unos
ruidos y enseguida aparecieron delante de nosotros. Salimos corriendo para
alejarlos de la casa pero yo me quedé atrás y el licántropo me alcanzó. Los
otros pararon allí donde están ahora para plantarles cara.
Harry no
respondió pero se quedó pensativo. Ron intervino:
— ¿Has
conseguido algo ahí dentro? —preguntó.
—Sí. El último
Horrocrux ya no existe. Maté a Nagini y después a Voldemort.
Ron se paró de
repente y miraba a Harry con una expresión de sorpresa.
— ¿Voldemort…
está muerto? —preguntó Ron asombrado.
—Sí —respondió
Harry—. Luego te lo cuento todo pero ahora vamos a ayudar a los demás.
—Vale —murmuró
Ron.
Llegaron donde
estaban sus amigos batiéndose en duelo con los mortífagos.
Vieron a
Hermione esquivando un rayo de luz roja que le lanzaba Bellatrix Lestrange y a
Neville ejecutando un patronus contra un dementor que se le acercaba. Ginny se
batía en duelo con Dolohov que había salido hacía atrás debido a un hechizo de
desarme que le había lanzado ella misma.
—Tú ayuda a
Hermione —ordenó Harry—, yo me ocupo de los demás.
—De acuerdo —respondió
Ron, atónito.
Harry se
dirigió hacia Ginny, pero cambió de opinión al ver a un amplio grupo de
dementores que se le acercaban a Neville por detrás.
— ¡Neville,
detrás de ti! —gritó Harry.
Neville se
giró rápidamente pero tropezó y cayó al suelo. Los dementores estaban a un
metro escaso de él.
— ¡Harry,
ayúdame! —suplicó Neville con voz ahogada.
Demasiado
tarde, los dementores se abalanzaron sobre un Neville aterrado que intentaba
escapar en vano.
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